google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Descubren un cementerio musulmán y otro romano en Mérida

2 de febrero de 2012

Descubren un cementerio musulmán y otro romano en Mérida

El Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida ha descubierto dos cementerios, uno de época musulmana y otro del siglo III dC, durante las excavaciones previas a los trabajos de acondicionamiento en la carretera EX-209, que une Mérida con Montijo.

   Así, el cementerio musulmán es de la etapa emiral y está situado en el término municipal de Esparragalejo (Badajoz), en el tramo de vía que une esta localidad con La Garrovilla.

   En estos momentos ya ha concluido la excavación y se han documentado 50 tumbas por inhumación en fosa, con restos humanos en 41 de ellas, correspondientes a niños y adultos de ambos sexos, sin que hayan aparecido ajuares funerarios de ningún tipo, según informa la Junta de Extremadura en nota de prensa.


La arqueóloga responsable de esta intervención, Yolanda Picado, explica que se trata de un cementerio "vinculado con un núcleo poblacional todavía no identificado", en el que las tumbas están "perfectamente alineadas y organizadas, con acceso fácil a todas ellas y sin que se pisen unas a otras o haya reutilización".

   Así, añade que una primera observación de los huesos ha permitido identificar 22 cuerpos colocados en decúbito lateral derecho, mirando hacia la Meca, mientras que el resto no aparece en esta posición canónica y los motivos, a falta de un estudio más pormenorizado, pueden ser diversos.
Una de las necrópolis encontradas. Foto: Junta al Día.

   Según Picado, "se han podido producir desplazamientos casuales en la propia fosa o cabe la opción de que se colocaran incorrectamente por desconocimiento, ya que se estaban abandonando las viejas tradiciones y asumiendo las nuevas costumbres y eso precisa de un periodo de adaptación".

Cementerio romano

   Por su parte, el segundo cementerio, de época romana, se encuentra en el término municipal de Mérida, a unos 300 metros de la villa romana de 'Araya', un complejo residencial y productivo con el que se vincula.

   Se está realizando todavía la intervención arqueológica y se calcula que habrá entre 125 y 150 sepulturas, de las que hasta el momento se han excavado 50 tumbas, todas ellas por incineración con ajuar funerario.

   En esta intervención, el Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida cuenta con la colaboración de los alumnos del módulo de Arqueología de la Escuela Taller que ha puesto en marcha el Ayuntamiento emeritense con la colaboración del Servicio Extremeño Público de Empleo (Sexpe).

   Explica el Gobierno regional que las sepulturas excavadas hasta ahora presentan diversas tipologías, ya que hay enterramientos de fosa en roca, estructuras de piedra y cajas hechas con ladrillos. Las cubiertas son generalmente de teja y planas o a dos aguas.

   Así, la mayoría de las tumbas conservan los tubos de libaciones, que permitían, según las creencias romanas, el contacto entre los vivos y los muertos y la celebración de los banquetes funerarios, señala el Gobierno regional.

   El arqueólogo responsable de esta intervención, Félix Palma, ha asegurado que "los ajuares funerarios destacan por su mal estado de conservación", y añade que la mayoría de ellos se componen de elementos cerámicos, como platos, ollas, jarras o alguna lucern y de manera residual han aparecido también elementos de otros materiales, por lo que se trata de "un cementerio con tumbas modestas".

   En ambos casos, al no haber aparecido mausoleos u otras edificaciones de entidad, el proceso arqueológico va desmontando las estructuras, con lo que, una vez concluidas las excavaciones, continuarán con absoluta normalidad los trabajos de acondicionamiento de la carretera.
Un hallazgo singular
La principal particularidad del área funeraria descubierta es que apenas hay documentados yacimientos similares vinculados a una villa romana, y nunca de un tamaño tan grande.
Según explica el director científico del Consorcio, Miguel Alba, en la actualidad se conoce incluso cómo se hizo el reparto de la tierra entre los soldados eméritos que fundaron la ciudad. Pero se estima que no fue hasta el siglo III cuando surgieron las grandes explotaciones, fruto de la compra de terrenos aledaños. Con el tiempo aparecen grandes villas y latifundios.
Estas villas son más grandes cuanto más alejadas se encuentren de la colonia emeritense, ya que se considera que el propietario de una casa de campo situada a menos de cinco kilómetros de la ciudad mantendría su vivienda en el casco urbano y por tanto su segunda residencia sería más modesta. En el caso del área funeraria, está vinculada a una explotación que se sitúa en el límite de esta distancia, por lo que no solo sería la mayor documentada de este tipo, sino también la más cercana a Mérida.
(Fuente: Hoy / Juan Soriano - Europa Press)

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