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12 de mayo de 2017

Documentan tres nuevos abrigos de arte rupestre en Alcañiz (Teruel)

En dos de estos conjuntos -Corral de las Gascas y Barranco del Muerto – se han encontrado figuras de arte rupestre levantino, mientras que en el tercero -Mas del Obispo- ha sido documentado un panel de pinturas esquemáticas, de las que no existían hasta ahora vestigios en el Bajo Aragón.
Jesús Carlos Villanueva y José Antonio Benavente en el abrigo Corral de las Gascas.
La dirección general de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón ha iniciado el procedimiento para la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de tres abrigos de arte rupestre descubiertos recientemente por el arqueólogo Jesús Carlos Villanueva en el término municipal de Alcañiz, en el marco de un proyecto de investigación del Taller de Arqueología autorizado por el Gobierno de Aragón. En dos de estos conjuntos -Corral de las Gascas y Barranco del Muerto – se han encontrado figuras de arte rupestre levantino (declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998), mientras que en el tercero -Mas del Obispo- ha sido documentado un panel de pinturas esquemáticas, de las que no existían hasta ahora vestigios en el Bajo Aragón.

Los tres abrigos presentan peculiaridades que los hacen dignos de estudio y protección. En el caso de los de arte rupestre levantino se han documentado figuras de antropomorfos y zoomorfos fáciles de ver, con un alto grado de detalle y realistas, aunque existen motivos muy diluidos en soporte o cubiertos por costras de sales o de depósitos cálcicos. Las pinturas de Corral de las Gasgas y Barranco del Muerto estarían realizadas en época Mesolítica, hace unos 8.000 años, mientras que Mas del Obispo sería de época posterior.

Corral de las Gascas ha despertado un gran interés desde el punto de vista arqueológico por el descubrimiento de un panel con una figura que representa a una cierva, que está pintada en color rojo vinoso y en posición estática. Con unas dimensiones de 22×17 centímetros, el animal aparece en actitud de espera o de alerta y se sitúa en el centro de una composición que podría interpretarse como una escena de caza o acecho que se completa con al menos tres figuras de cazadores provistas de arco. Uno de los personajes, el más visible, se corresponde con un cazador sentado que mira a la cierva.

El investigador y colaborador senior del área de prehistoria del departamento de Ciencias de la Antigüedad de la Universidad de Zaragoza, Manuel Bea, considera que la composición podría ser única en Aragón por la figura que aparece sentada, “como si estuviera apoyada en la roca, con las piernas hacia adelante y una encima de la otra”. A su juicio, el interés de esta composición radica en que “nos lleva más allá de las escenas de caza del arte rupestre levantino”, ya que este cazador en actitud pasiva aportaría “un componente social y de vida cotidiana de estas sociedades cazadoras-recolectoras”.

Asimismo, en Barranco del Muerto, una oquedad producida por un taffoni, aparece una figura de 80 centímetros de altura plenamente naturalista, que recuerda al arquero también de grandes dimensiones del que se conserva solo una parte en el importante abrigo de Val del Charco de Agua Amarga, también en Alcañiz. Según el investigador de la Universidad de Zaragoza, esta representación humana “podría ser un indicador que señalaría una dirección o una ruta codificada por los artistas levantinos” del Mesolítico.


Por último, en el abrigo de Mas del Obispo destacan dos paneles pintados de estilo esquemático con figuras, barras y retículas. Son alineaciones de trazos, agrupaciones de puntos o parrillas que “no sabemos muy bien lo que significan”, según Bea, que considera factible que estas representaciones esquemáticas se realizaran en época Neolítica o incluso “en la Edad de Bronce, de Hierro o rayando el final de la Prehistoria”. Cabe hasta la posibilidad de que “fueran de época plenamente histórica”.

El descubridor de los abrigos, junto con el arqueólogo José Antonio Benavente, realizaron el año pasado una catalogación de más de 100 grabados, pinturas sobre soporte de piedra, cubetas, canutillos, y otros elementos en la Val de Maella, donde se ubican los abrigos. Según Benavente, el hallazgo de Mas del Obispo “es una novedad porque nunca hasta ahora se había documentado arte esquemático en el Bajo Aragón”. Las evidencias más próximas hay que buscarlas en el Bajo Martín, Mequinenza o Fabara.

PROTECCIÓN
El Gobierno de Aragón informó ayer de que estos tres abrigos serán catalogados como ‘monumento’ en cuanto se apruebe su declaración BIC, se delimitarán y protegerán.

El abrigo de Mas del Obispo cuenta con un proyecto ya aprobado por la comisión provincial de Patrimonio Cultural. Antes de este verano estará ejecutado. Respecto a los otros dos abrigos, ahora están realizándose los trabajos de campo para la elaboración de los respectivos proyectos de cerramiento, según Patrimonio, así que, una vez aprobados por la comisión provincial, podrán ejecutarse “a la mayor brevedad”.

El Taller de Arqueología tiene previsto organizar visitas guiadas a la zona, según apuntó Benavente, pero “antes, hay que proteger los abrigos y cerrarlos, así que tendremos que esperar”.

Aparte queda el estudio y la investigación de las pinturas. El Taller de Arqueología de Alcañiz y la Universidad de Zaragoza han iniciado una colaboración en el seno del Grupo Primeros Pobladores Del Valle del Ebro y del IUCA. Según el investigador Manuel Bea, “lo ideal sería realizar una documentación integral de los conjuntos mediante escáner láser y luz blanca estructurada, pero no tenemos financiación para ello”, aseveró, así que de momento se realizará una documentación fotográfica integral de alta resolución, con tratamiento digital de las figuras y elaboración de calcos digitales para saber y delimitar qué contiene cada abrigo”. Este trabajo no afectará a las pinturas.

5 de agosto de 2016

Nuevos datos sobre el pasado andalusí de Al-Qannis entre los siglos IX y XII

Las excavaciones arqueológicas en Alcañiz el Viejo hablan de un asentamiento de 80 casas y medio millar de personas Los pobladores musulmanes permanecieron cuatro siglos viviendo de la agricultura y de la alfarería. Las catas han destapado partes de la muralla íbero-romana amortizada sobre estructuras protohistóricas anteriores y otras de periodo andalusí.
Arqueólogos y estudiantes realizaron las catas en Alcañiz el Viejo. FOTO: DIARIO DE TERUEL.
La segunda campaña de excavaciones arqueológicas del Museo de Teruel en Alcañiz el Viejo se ha saldado con la confirmación de que el yacimiento estuvo ocupado, en su época musulmana, entre los siglos IX y XII, siendo ya por aquel entonces la capital del Bajo Aragón. Allí podrían vivir medio millar de personas repartidas entre 80 casas dedicadas principalmente a una agricultura enfocada al mercado y a la fabricación y venta de cerámica. También han aflorado restos espectaculares de una muralla de dos metros de altura.

Los resultados de esta segunda fase de exploración son "muy alentadores", según resaltó Julián Ortega, director científico del proyecto de investigación plurianual del Museo de Teruel "Bases para el estudio del poblamiento andalusí en el sur de Aragón", que pretende analizar la organización del territorio durante época musulmana en el sur de Aragón.

Los trabajos de arqueología se desarrollaron durante una semana y concluyeron el pasado 22 de julio. "Con muy pocos recursos vamos a tener muy buenos resultados", auguró Ortega, quien se mostró eufórico: "Con mes y medio de trabajo al mismo ritmo, convertiríamos lo que ahora es un monte en un atractivo turístico", aseveró.

El objetivo del proyecto no es tanto presentar la monumentalidad de los restos fortificados que se han encontrado como ahondar en el aspecto más humano del asentamiento, como son las formas de vida de la población andalusí que habitó en Alcañiz el Viejo durante 400 años, hasta que el rey de Aragón Ramón de Berenguer conquistó este burgo fortificado y desplazó a sus habitantes al cerro de Pui Pinos, donde han permanecido hasta nuestros días.

ASENTAMIENTO DESCUBIERTO EN 1921
La principal conclusión que los arqueólogos extraen de sus investigaciones "todavía preliminares" es que Alcañiz el Viejo "no es un yacimiento cualquiera, no sólo de Alcañiz sino del Bajo Aragón", explicó Ortega, quien indicó que se conoce el asentamiento desde 1921, cuando lo descubrió el mítico Vicente Bardavíu. Sin embargo, desde entonces "no se había hecho una intervención en condiciones" hasta el año pasado, cuando empezó el "valiente" proyecto del Museo de Teruel.

Alcañiz el Viejo, según citan las crónicas árabes del año 904, "es un yacimiento grande, por encima de la media de lo que es habitual en el sur de la Comunidad", señaló el experto, quien con todas las reservas se atrevió a censarlo en medio millar de pobladores distribuidos en unas 80 viviendas. No era una ciudad porque no contaba con la estructura necesaria, pero sí un burgo, ya que superaba ampliamente la condición de simple aldea.

ORIGEN EN LA EDAD DEL BRONCE

Este yacimiento, cuyo origen se ubica en la Edad del Bronce final (entre el siglo X y el VIII a.C.), probablemente fue el sucesor del Palao, que fue abandonado hacia el año 70 d. C., justo cuando Alcañiz el Viejo comenzó a tomar auge.

De hecho, en la última campaña de prospecciones arqueológicas se han encontrado objetos domésticos de todas las épocas, si bien los restos de casas "son de ocupación musulmana", indicó Ortega, quien destacó que, aunque el objeto del proyecto es estudiar las comunidades andalusíes, "hemos tenido la suerte de encontrar un buen conjunto de materiales en torno al siglo V d.C., una época oscura y difícil de identificar". Estos hallazgos incluyen vajillas manufacturadas en el sur de Francia y ánforas importadas desde el norte de África.

La explicación de que Alcañiz El Viejo sea el poblamiento del valle del Guadalope durante más tiempo ocupado está en el regadío y en la acequia vieja, una obra hidráulica de más de 20 kilómetros de longitud que ya estaba en uso en los siglos VI y VII, en época hispano visigoda.

SOCIEDAD AGRÍCOLA
Los trabajos han consistido en la realización de cuatro sondeos de diversa entidad, dos en la ladera meridional del cerro y dos más en su cima. Los primeros han estado encaminados al estudio de aspectos relativos al urbanismo y la vivienda, en particular el diseño, construcción y formas de uso de los ámbitos domésticos.

De su estudio embrionario se deduce que los pobladores de la época andalusí se dedicaban fundamentalmente a la agricultura, puede que especializada en el olivar. Lo que está fuera de duda es que buena parte de la producción estaba enfocada al mercado. También tenían trigo y ganado ovicáprido.

Sobresale también la existencia "casi segura de alfares locales", apuntó Ortega, si bien "no sabemos si en Alcañiz el Viejo o en el entorno". Se han encontrado en el yacimiento "ollas con una pasta muy blanquecina que no se da en otras zonas de Teruel". También han aparecido importaciones de Lérida o de Zaragoza en base a cerámica "un poquito más de lujo", sobretodo "la dedicada al servicio de mesa: fuentes para servir alimentos y jarras y tazas vidriadas para los líquidos".

El asentamiento también debió de tener mezquita, baños y un espacio para lo que podría ser un mercado comarcal semanal.

MURALLA
Las catas abiertas en el sector superior del yacimiento han destapado algo que, si bien no es lo más significativo del poblado desde el punto de vista cultural, sí lo es por su espectacularidad. Se trata de parte de la muralla que cierra el conjunto por su lado occidental, que ha permitido evidenciar la existencia de al menos dos fases: una primera, de época ibérica o ibero-romana, que amortiza estructuras protohistóricas anteriores; y una segunda, ya andalusí, que rehabilitó la obra antigua empleando técnicas constructivas diferentes. En la zona excavada se han conservado hasta seis hiladas de esta muralla de empaque ciertamente monumental, lo que, dejando a un lado su evidente interés científico, confiere a la construcción un evidente atractivo desde el punto de vista del turismo arqueológico y patrimonial.

EN 2017 EL POBLADO SERÁ VISITABLE
La intención del Museo de Teruel es continuar con las excavaciones en Alcañiz el Viejo en 2017 "con una actuación de mayor envergadura" que permita, además de continuar con las investigaciones de carácter científico, comenzar con actuaciones que supongan la incorporación del yacimiento a los recursos visitables para sacar un valor añadido al patrimonio.

Por ello, los futuros trabajos pasarán por la limpieza y excavación de la zona de la muralla para dejar más tramos visibles y visitables, además de recuperar las estructuras que se localizaron en las excavaciones realizadas a principios del siglo XX que ahondaron en la mayor parte de las estancias de época islámica. "La idea es limpiar esas estancias que están cubiertas por tierra caída y vegetación para que el visitante perciba de una manera más rápida y eficaz las características de este notable asentamiento islámico", explicó el director del Museo de Teruel, Jaime Vicente.

PROYECTO DE INVESTIGACIÓN
La actuación en Alcañiz el Viejo se enmarca dentro de un proyecto de investigación plurianual del Museo de Teruel que, con el título Husun y qura. Bases para el estudio del poblamiento andalusí en el sur de Aragón, pretende analizar la organización del territorio durante época musulmana en la provincia.

Forma parte de este mismo proyecto la próxima campaña de excavaciones que, a partir de inicios del mes de septiembre, se llevará a cabo en otro destacado yacimiento andalusí, como es el Cabezo de la Cisterna, en Alba del Campo, objeto exploraciones también el año anterior.

Tal y como destacó Vicente, se trata del segundo año de desarrollo de este proyecto, "que pretende conocer mejor el poblamiento islámico de época andalusí en la provincia y más concretamente el de Alcañiz el Viejo, que fue un asentamiento urbano que perdura hasta el momento de la conquista aragonesa de este territorio". "Se trata -añadió- de una etapa muy interesante y de larga duración ya que son cuatrocientos años de desarrollo de esta cultura, de la que sin embargo tenemos muy poca información".

Según añadió el director del Museo de Teruel, el equipo de investigadores que han trabajado en Alcañiz el Viejo ha estado dirigido por Carolina Villagordo y ha contado con la participación de estudiantes procedentes de Aragón, Castilla-La Mancha, Madrid y Valencia. "Ha intervenido un grupo bastante numeroso y los resultados han sido satisfactorios desde el punto de vista científico y patrimonial porque una de las catas que se han hecho en la muralla ha dejado al descubierto un tramo de ella que en los próximos años pretendemos ampliar y también incorporar a los repertorios monumentales", explicó Vicente.

La intención del Museo de Teruel es seguir trabajando en estas excavaciones como parte del proyecto que está desarrollando en los núcleos andalusíes más importantes del territorio para ahondar en el conocimiento de yacimientos de distinto carácter (urbanos, aldeas, alquerías o fortificaciones), cronología y situados en diferentes ámbitos geográficos.

18 de agosto de 2015

Sale a la luz un mosaico de los siglos II-III d.C. en La Puebla de Híjar (Teruel)

Se trata de un mosaico polícromo de buena factura con decoración geométrica que pertenece a una villa romana del siglo II o III ubicada en la partida de Campo Palacio. Aunque ya se han descubierto 12 metros cuadrados de mosaico los arqueólogos todavía no lo han delimitado en su totalidad por lo que se desconocen sus dimensiones y estado de conservación. Todo apunta a que la villa romana en la que ha aparecido podría extenderse por una área de unos 1.000 metros cuadrados situada en una pequeña elevación rodeada de fincas de regadío
Un mosaico polícromo de buena factura con decoración geométrica que pertenece a una villa romana del siglo II o III ubicada en la partida de Campo Palacio, en La Puebla de Híjar. Este es el nuevo descubrimiento arqueológico en el Bajo Aragón, un territorio rico en restos íberos y romanos por ser lugar de producción agrícola. La aparición de vestigios de esta villa, rodeada de campos de cultivo, refuerza la hipótesis de que los sistemas de riego de la margen derecha del Ebro tengan una antigüedad cercana a los 2.000 años.

El pasado mes de abril, un vecino de La Puebla de Híjar comunicó al Seprona de la Guardia Civil el hallazgo de un mosaico en Campo Palacio, una partida ya declarada como Zona de Prevención Arqueológica por el Gobierno de Aragón. El Servicio de Prevención y Protección del Patrimonio Cultural habilitó una partida de 2.350 euros (IVA aparte) para documentar y, sobretodo, proteger los restos aparecidos, de cuya existencia se tiene constancia desde finales del siglo XIX, cuando el maestro y secretario del Ayuntamiento de La Puebla Lorenzo Pérez Temprado hizo las primeras investigaciones motivado por su curiosidad.

YA HAN SALIDO 12 m2 de MOSAICO
Estos trabajos, llevados a cabo la semana pasada bajo la dirección de arqueólogos del Gobierno de Aragón, han consistido en una cata exploratoria de 4x4 metros cuadrados de lado en torno a la zona descubierta que han sacado a la luz unos 12 metros cuadrados de mosaico polícromo de buena factura, con decoración geométrica, que no ha sido delimitado en su totalidad y que con toda probabilidad se extiende por las zonas anexas a la cata realizada. 


Para el arqueólogo José Antonio Benavente, el elemento decorativo forma parte, "sin duda, de una villa romana de la que se desconocen sus dimensiones y estado de conservación, pero que parece extenderse por una área de unos 1.000 metros cuadrados situada en una pequeña elevación rodeada de fincas de regadío".

REGADÍOS DE ÉPOCA ROMANA
Este dato no es baladí, pues según Benavente vendría a reforzar la hipótesis de que los sistemas de regadío de la margen derecha del Ebro se remontan a época romana". "La acequia pasa a pocos metros" de esta villa, dijo el investigador, que puso otros ejemplos de la zona del Bajo Aragón. Así, de la presa de Almonacid de la Cuba -en los dominios del río Aguasvivas- parte una gran acequia para regar las tierras de Belchite junto a la ciudad romana de El Pueyo. En el río Martín, la acequia de Gaén está junto a las villas de la Loma del Regadío de Urrea de Gaén (en la que se han documentado hasta cinco grandes prensas de viga para la elaboración de aceite). En Alcañiz, la vieja acequia que riega la Redehuerta pasa muy cerca del yacimiento del Palao.

"Parece probable que se conserve no solo el mosaico, sino parte de las estructuras de esta villa", indicó Benavente. De la misma opinión es Salvador Melguizo, quien junto a Benavente ha codirigido las excavaciones. "Se ve perfectamente cómo hay restos de grandes muros de contención, de habitaciones". En definitiva, vestigios que, de ser excavados, sacarían a la luz con seguridad "infraestructuras de transformación" de productos agrícolas similares a los de la cercana Loma del Regadío.

Esta villa pertenecería a "una familia de terratenientes de poder adquisitivo alto, como indica la propia calidad de este mosaico, que pertenece a una de las habitaciones principales", explicó Benavente.

SIGLO II - III d.C
"La construcción del mosaico parece que pueda ser del siglo II o III después de Cristo", dató Melguizo, quien explicó que, "a partir del Alto Imperio Romano, las élites ricas que vivían en Caesar Augusta (actual Zaragoza) o Tarraco (Tarragona) fueron invirtiendo dinerales en fincas rurales en lo que es la realización de pavimentos y otras decoraciones".

"Eran propietarios y tenían una gran ventaja: la mano de obra era esclava, por lo que el beneficio era máximo". Contaban con elementos de transformación que convertían la oliva en aceite, y las espigas de trigo en grano. "Vendían por el valle del Ebro y, si bajaban por el cauce del río con barcazas, a través del puerto de Tarragona llevaban sus productos por todo el Imperio", prosiguió Melguizo, quien destacó que el Bajo Aragón "ha sido siempre un lugar de producción agrícola y de generación de riquezas".

A estos terratenientes les gustaba hacer alarde de su riqueza construyendo grandes casas con habitaciones decoradas. En La Loma del Regadío o el Camino de Albalate (Calanda) han aparecido ricos mosaicos, "pero si vamos al área del Matarraña o el Guadalope, donde se conservan los mausoleos en los que se enterraban, nos podemos hacer a la idea de toda la riqueza que se generaba en el territorio".

DETALLES COMO EL "NUDO DE SALOMÓN"
Frente al mosaico de La Loma del Regadío, con una decoración espectacular basada en la mitología, los animales y las plantas, los elementos de Campo Palacio son "estrictamente geométricos", indicó Melguizo. Aparecen decoraciones como el Nudo de Salomón, "un motivo geométrico que combina curvas, cuadrados y rectángulos de forma que se asemejan a un nudo". Alrededor hay "motivos vegetales de tallos y plantas". También hay triángulos, rectángulos y diferentes formas que acaban formando el dibujo deseado. Un extremo de la habitación termina en un semicírculo.

(Fuente: Diario de Teruel / Marcos Navarro)

20 de diciembre de 2013

Nuevos hallazgos en Tiro de Cañón (Teruel) refuerzan la teoría de una gran producción agrícola ibérica en el Bajo Aragón

El descubrimiento de la finca anexa al yacimiento de Tiro de Cañón que amplía su extensión, podría ayudar a confirmar una teoría que manejan los arqueólogos que en los últimos años trabajan en el Bajo Aragón: que junto a los poblamientos ibéricos de periodo tardío se construían también estructuras destinadas al almacenamiento, posiblemente de algún líquido (aceite o vino) y que no se trataría de pequeñas producciones.
Trabajadores de la empresa de excavación en el nuevo "barrio" aparecido en el yacimiento de Tiro Cañón.
Foto:  M.S.Timoneda
Los arqueólogos vinculados al Taller de Arqueología de Alcañiz han seguido, aunque ajenos a la obra, las excavaciones que la empresa Qcalcina ha realizado en la zona. El director del Taller de Arqueología de Alcañiz, José Antonio Benavente, reconoció conocer los trabajos (que saltan además a la vista de cualquier paseante que se acerque por la zona). Sin querer entrar en valoraciones acerca de su conservación (una decisión que corresponde a la dirección general de Patrimonio), Benavente sí destacó que "se está viendo que junto a los poblados de la zona aparecen construcciones de distinto uso relacionadas con actividades de tipo agropecuario que, además, se encuentran debajo de rellenos de tierra bastante densos". Este hecho ha impedido que puedan documentarse muchas estructuras de esta índole, pues sólo en Castellote, en El Palao y en Tiro de Cañón presentan evidencias hasta la fecha.

UN FENÓMENO REPETIDO EN OTROS YACIMIENTOS
La existencia de este tipo de barrios anexos a los poblados es "seguramente, un fenómeno que debe de repetirse en la mayoría de los poblados de esta época", dijo Benavente. Estas estructuras relacionadas con el almacenamiento de productos agrícolas están datadas en los siglos II y I antes de Cristo, aproximadamente entre los años 150 y 50 antes de nuestra Era.

Según el director del Taller de Arqueología de Alcañiz, el mismo tipo de estructuras se han encontrado en El Palao, en concreto en los últimos tramos excavados, y son similares a otras halladas cerca de Castellote. Se trata de habitaciones con pavimentos de yeso, bancos perimetrales para el apoyo de grandes vasijas y con suelos con cierta pendiente, lo que hace pensar en que están construidas para facilitar la recogida de líquidos. Las estructuras que ahora están ya a la luz en el yacimiento de Tiro de Cañón "son idénticas a las de El Palao, y se pueden asociar claramente a la producción importante de productos agrícolas", añadió el arqueólogo.

A su juicio, estos hallazgos "podrían aportar mucha información científica e interesante para que podamos conocer de manera más profunda la cultura ibérica de esta época".

UN POBLADO EXCAVADO EN LOS AÑOS 60 POR ANTONIO BELTRÁN
Las excavaciones que la empresa de arqueología efectúa junto al yacimiento Tiro de Cañón se aprecian a simple vista desde la carretera que conecta el polígono La Estación con Motorland. El desmonte ocupa unos 1.000 metros cuadrados, y desde la lejanía ya se aprecian los aterrazamientos y muros que han salido con los trabajos arqueológicos.

Las excavaciones dirigidas a finales de los años 60 por el profesor Antonio Beltrán determinaron que éste es un yacimiento de la primera Edad del Hierro que continuó con los periodos Ibérico Pleno y Tardío. Fue coetáneo durante parte de su existencia con el yacimiento de El Palao, el poblamiento más amplio e importante del Bajo Aragón. En aquellas excavaciones iniciales por el profesor Beltrán se descubrieron restos de una calle y casas con dependencias interiores, algunas cubiertas con suelo de yeso, según consta en la Carta Arqueológica del Plan General de Ordenación Urbana.

10 de diciembre de 2013

Prospecciones arqueológicas en busca de la Judería de Alcañiz (Teruel)

La Escuela Taller de Alcañiz realizará prospecciones arqueológicas en varias parcelas urbanas de propiedad municipal situadas en el barrio de Santiago con el profesorado y alumnado del Módulo de Trabajos Auxiliares de Arqueología. El objetivo es intentar localizar restos de una antigua sinagoga. La Judería de Alcañiz podría haber sido una de las más influyentes en Aragón y haber albergado no una sino hasta dos sinagogas.
El Barrio de Santiago de Alcañiz (Teruel) es la zona del casco antiguo donde se ubicó la judería.
La idea de realizar algún trabajo de investigación en esta zona del casco viejo alcañizano surgió a raiz de las revelaciones realizadas durante el Curso interdisciplinar de Humanismo por el profesor de Historia Medieval de la Universidad San Jorge (USJ) Miguel Ángel Motis, quien delimitó la Judería de Alcañiz en el barrio de Santiago.

Según el investigador, la Judería de Alcañiz podría haber sido una de las más influyentes en Aragón y haber albergado no una sino hasta dos sinagogas.

Según informó el Ayuntamiento de Alcañiz, el propio Motis asumió el compromiso, tras su intervención en el curso de Humanismo este pasado mes de noviembre, de plasmar en un libro, que podría ver la luz en unos dos años, sus investigaciones sobre la importancia de los judíos en la capital del Bajo Aragón.

El Curso Interdisciplinar de Humanidades, que este año se centró en el 600 aniversario de la Disputa de Tortosa (uno de los debates interreligiosos entre judaísmo y cristianismo más importantes y trascendentales en la Europa de la Edad Media) puso de manifiesto que la judería alcañizana fue una de las más importantes de los siglos XIV, XV y XVI en Aragón, y que su influencia en la citada Disputa tortosina promovida por Benedicto XIII, el papa Luna- fue decisiva para las conversiones masivas de judíos al cristianismo en el territorio aragonés tardomedieval.

UNA HIPÓTESIS POR CONFIRMAR
El director de la Escuela Taller de Alcañiz, Santiago Martínez, explicó que los alumnos y profesores intentarán "localizar esas estructuras que podrían pertenecer a la antigua sinagoga de la que habló el profesor Montis", si bien recalcó que "hay que ver si se encuentran en solares de propiedad municipal".

Una vez localizado el lugar, "habrá que estudiar el tipo de actuación que se lleva a cabo, ya que, por el momento, esa intervención no está recogida en nuestro proyecto como Escuela y tendríamos que incorporarla". En cualquier caso, Martínez hizo hincapié en que "el profesor Motis no dijo que esa era seguramente la sinagoga mayor de Alcañiz, sino que era verosímil que se encontrara ahí".


En cualquier caso, el director de la Escuela Taller se mostró escéptico sobre lo que ahora pueda localizarse en la zona, ya que "la cultura material del entorno no es muy distinta de los edificios cristianos que ahora existen".

MOTIS HABLA DE LA PRESENCIA DE DOS SINAGOGAS EN ALCAÑIZ
Otro de los avances investigadores de Motis se refirió a la existencia de dos sinagogas en la capital bajoaragonesa en el siglo XV, algo excepcional para una población de sus características, lo cual, según el historiador, revela la influencia e importancia de su comunidad judía. Una comunidad que el investigador situó en el actual barrio de Santiago, especialmente en el entorno de las –actuales- calles Trinidad, Panfranco, callizo Amposta y callizo Trinquete, "a las faldas del poder, esto es, a los pies del castillo de la Orden de Calatrava".

El historiador ha llegado a ubicar uno de los dos templos judíos, el de mayor tamaño "en lo que posteriormente sería un horno de la calle Trinidad". En referencia a la importancia de esta sinagoga, el ponente citó que se había fundado en 1364 y estaba "llena de panes de oro", esto es, ricamente ornamentada. Eso es lo que habría suscitado la envidia del arzobispo de Zaragoza, a quien el rey Pedro el Ceremonioso advirtió que no levantara "cuestiones odiosas o viejas" que pudieran enturbiar las buenas relaciones entre la comunidad judía de Alcañiz –prestamista- y los caballeros de Calatrava –prestatarios de aquélla y beneficiarios de la dinámica económica positiva inherente a los asentamientos judíos-, que apoyaban al rey aragonés frente a su homónimo castellano en la llamada "guerra de los dos Pedros".

EL JUDAÍSMO EN ALCAÑIZ, CLAVE PARA LOS HUMANISTAS
Según el profesor de Historia Medieval de la Universidad San Jorge (USJ), la importancia social y cultural de las escuelas judaicas de Alcañiz pudo ser clave también para el nacimiento y desarrollo de la corriente cultural, educativa y social que vinculó a la capital bajoaragonesa con lo más avanzado del Humanismo en la Europa del siglo XVI. 


Experto mundial en judaísmo, Motis explicó que uno de los artífices de la Disputa de Tortosa (1413-1415), y de sus consecuencias en las masivas conversiones posteriores de judíos al cristianismo, fue el alcañizano Jerónimo de Santa Fe, converso a su vez y natural de la murciana villa de Lorca. Desveló que probablemente llegó en su infancia a Alcañiz, adonde su padre le habría traído por la gran importancia y calidad docente de sus escuelas judaicas "en vez de ir a Zaragoza, como hubiera sido lógico por el cargo de su progenitor, que era diplomático de alto rango".
(Fuente: Diario de Teruel)

29 de enero de 2013

Los arqueólogos creen que El Palao fue un gran centro de distribución de aceite

El habítaculo cuadrangular descubierto en la campaña del pasado verano es “idéntico a bodegas de aceite que todavía hoy se conservan en pueblos del Bajo Aragón”. En concreto, el director de la excavación, José Antonio Benavente, ha señalado que “hay una copia idéntica en una vivienda de Castellote”.
El yacimiento íbero-romano de El Palao es uno de los más grandes
que se conocen en el Bajo Aragón.
El yacimiento ibero-romano de El Palau, en Alcañiz,(Teruel) pudo haber sido un gran centro de producción, almacenamiento o de distribución de aceite o vino durante la época en que este poblamiento -uno de los más grandes que se conocen en el Bajo Aragón- alcanzó su máximo apogeo, entre el año 100 antes de Cristo y 100 después de Cristo. En ese momento, el poblamiento ibero ya se encontraba bajo la dominación romana.

Aunque no es una opinión unánime, algunos de los investigadores que han dirigido el último programa de excavaciones en El Palao -Salvador Melguizo, Francisco Marco, Pierre Moret y José Antonio Benavente- sostienen esta hipótesis. Uno de ellos es este último, arqueólogo y director del Taller de Arqueología de Alcañiz, director de la Ruta Iberos en el Bajo Aragón.

Lo que permite apuntar a que El Palau fue un centro neurálgico de producción o distribución de aceite fue el hallazgo -durante la campaña voluntaria de excavaciones realizada el verano pasado- de una habitación de planta rectangular y de unos 25 metros cuadrados que presentaba un tipo de pavimento de cal o yeso blanco con un banco perimetral situado alrededor y donde “se supone que se guardaban diferentes vasijas de almacenamiento”, comentó José Antonio Benavente. Además, las excavaciones sacaron a la luz lo que parece ser un pequeño depósito que sirvió para la recogida de líquidos.

Según el arqueólogo alcañizano, esta zona de almacenamiento hallada recientemente en El Palao se sitúa al noroeste del poblamiento. En su opinión, este habitáculo cuadrangular es “idéntico a bodegas de aceite que todavía hoy se conservan en pueblos del Bajo Aragón”. En concreto, señaló que “hay una copia idéntica en una vivienda de Castellote”.

(Fuente: Diario de Teruel / Maribel S. Timoneda)

6 de agosto de 2012

Descubren un nuevo almacén en el yacimiento íbero-romano de El Palao (Teruel)

El almacén de la zona 5 en fase de excavación.
Las excavaciones arqueológicas actualmente en curso en el sector noroeste del yacimiento íbero-romano de El Palao (Alcañiz, Teruel) están sacando a la luz una gran habitación totalmente pavimentada con yeso o cal que presenta una características muy similares a otras estructuras exhumadas en este mismo yacimiento en trabajos anteriores.

El espacio hasta ahora descubierto conserva un pequeño resalte o banco corrido perimetral y una plataforma interior destinados muy probablemente al almacenamiento de grandes vasijas. Todo el pavimento de la habitación, construida posiblemente hacia el año 100 a.C., presenta una ligera pendiente hacia una pequeña cubeta central acondicionada para la recogida de líquidos. 

La habitación es casi idéntica a otra excavada a principios del siglo XX por Pierre Paris y Vicente Bardavíu que fue inicialmente interpretada por dichos investigadores como triclinium o comedor de una gran vivienda romana (Paris y Bardavíu 1930, 47).

Las investigaciones actuales, dadas las características de las estructuras descubiertas, inducen a interpretarlas como almacenes teniendo claros paralelos etnográficos en antiguas bodegas todavía conservadas en viviendas del Bajo Aragón y Maestrazgo.



Vista general de otra habitación de El Palao 
con pavimento de cal o yeso y pequeña bancada perimetral.





Este tipo de habitaciones pavimentadas con yeso o cal, con pequeños bancos perimetrales y cubetas en su interior, es muy frecuente en las viviendas de época íbero-romana hasta ahora excavadas en el yacimiento de El Palao considerado como el asentamiento urbano más importante de esta fase en el Bajo Aragón (Benavente y Moret 2003). La abundante presencia de estas estructuras induce a pensar en una intensa actividad económica de tipo agropecuario, que habrá que confirmar, quizás relacionada con el cultivo del vino o, más probablemente, del aceite.

En este sentido, cabe señalar la presencia de grandes almazaras en el territorio del Bajo Aragón en momentos más tardíos, en torno al siglo IV d.C., en villas romanas como la excepcional Loma del Regadío de Urrea de Gaén (Teruel) en la que se documentan hasta 5 grandes prensas de viga de unos 12 metros de longitud lo que indica un enorme volumen de producción agrícola en plena época romana.

Actual equipo de voluntarios en la campaña de
excavaciones de 2012.
En el caso de El Palao las posibles y repetidas estructuras de almacenamiento plantean algunas incógnitas que habrá que resolver en futuras investigaciones: ¿se trata de almacenes domésticos o de carácter comunal?, ¿por qué aparecen en El Palao tantas habitaciones con este tipo de pavimentos?, ¿pudo ser El Palao un importante centro de producción agropecuria o de almacenamiento y distribución de aceite o vino en época íbero romana?.


La continuación de las investigaciones podrá aportar nuevas luces sobre estos y otros muchos problemas que plantea este interesante yacimiento. Mientras tanto, la actual campaña de excavaciones en el yacimiento de El Palao, sobre el que existe un proyecto de investigación y recuperación iniciado en 2003 bajo la dirección de J.A. Benavente, F. Marco y P. Moret, se está llevando a cabo sin ningún tipo de ayuda y gracias al trabajo voluntario de miembros del Taller de Arqueología de Alcañiz y de ex alumnos del módulo de arqueología de la anterior Escuela-Taller de la localidad.
(Fuente: Historias del Bajo Aragón)