google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Gabinete Trama
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3 de noviembre de 2016

Encuentran una tumba de entre los siglos IV y VII en Ujué (Navarra)

El esqueleto mide entre 1,50 y 1,60 metros y se desconoce si el enterramiento se realizó junto a un templo o extramuros. El sarcófago se compone de piedras reutilizadas de construcciones anteriores.
La datación dependerá de una hebilla de cinturón que se ha encontrado en el sepulcro.
Fruto de los trabajos de renovación de redes y pavimentación que se están llevando a cabo en Ujué desde el pasado mes de julio, afloró hace unos días una tumba de entre los siglos IV y VII después de Cristo en la plaza Mayor de la localidad, ubicada en pleno casco histórico.

Tras detectar su presencia, la empresa adjudicataria de las obras dio la voz de alarma, tal y como prevén los protocolos de actuación en estos casos, avisando del hallazgo a la Institución Príncipe de Viana (dependiente del departamento de Cultura del Gobierno de Navarra) y al gabinete de arqueología y difusión del patrimonio histórico Trama SL, que se desplazó hasta el lugar de los hechos para estudiar el enterramiento.

En total, la intervención llevada a cabo por el arqueólogo Carlos Zuza se prolongó durante dos días, periodo de tiempo en el que “se protegió la zona, se limpió el área para dimensionar la tumba y se encontró el esqueleto de una persona que mediría entre 1,50 y 1,60 metros”, detalla Zuza. En este sentido comenta que el esqueleto correspondería a la Antigüedad tardía, periodo de transición entre la Edad Antigua y la Edad Media, o directamente al Medievo. La datación dependerá de una hebilla de cinturón que se ha encontrado en el sepulcro, cuya decoración ayudará a establecer una fecha más concreta de la muerte del individuo, y en última instancia de la prueba del carbono 14, utilizada para determinar la edad de materiales orgánicos de hasta 50.000 años de antigüedad.

El sarcófago, por su parte, se compone de “piedras reutilizadas de construcciones anteriores”, indica Zuza, las cuales permanecen custodiadas en el almacén municipal a la espera de ser exhibidas. Esa es, al menos, la intención del Ayuntamiento de Ujué. No así el esqueleto, que está siendo objeto de estudio por parte de expertos en la materia.

INTERROGANTES

 Las dudas que se plantean a raíz de este descubrimiento son numerosas dado que al parecer la tumba está “en un terreno que no se considera sagrado, es decir en un terreno en que no hay una iglesia o una ermita ya que en el Medievo lo normal era que se enterrase junto a los templos e incluso dentro de ellos. Otra cosa era en tiempo de Roma, en que estaba estipulado que los cementerios estuvieran fuera de las poblaciones”, subraya el historiador local Mikel Burgui.

De ser así, cabría la posibilidad de que el cuerpo estuviera enterrado en las inmediaciones de la ermita de Jaun Done Maria (San Martín), de la que se tiene constancia gracias a la tesis doctoral de Patxi Salaberri Zaratiegi, quien la localizó junto a la plaza Pilarraña, situada a varios metros de la plaza Mayor, aunque en el pasado puede que ambas estuvieran conectadas (si se elimina el bloque de viviendas que las separa) por la ermita en cuestión. “Patxi Salaberri encontró que en 1780 se daba escuela en esta ermita y que en 1810 el ayuntamiento decidió venderla”, recoge Burgui en su blog Uxue, Ujué atalaya de Navarra, quien apuesta por que se lleve a cabo una investigación arqueológica “más completa” para valorar estos supuestos.

El alcalde de este municipio de apenas 200 habitantes, Rubén Sánchez, subraya la importancia de datar la tumba con exactitud “porque ese dato nos daría pistas de lo que fue Ujué. Si el cadáver es medieval tendría que estar al lado de un templo, pero si es anterior lo enterrarían extramuros, lo que revelaría que por allí pasaba una muralla”. Esta es la razón por la que se muestra expectante ante la próxima apertura de la plaza municipal (situada a escasos metros de la plaza Mayor) por si pudieran aparecer nuevos restos que contribuyesen a recuperar la historia local.

25 de marzo de 2015

Descubren un importante yacimiento Calcolítico en Sarriguren (Navarra)

Las obras viarias de la ecociudad han dejado al descubierto restos de estructuras de combustión de hace aproximadamente unos 4.500 años. También han encontrado varios depósitos de almacenaje circulares y pequeños objetos como restos de molinos de mano, evidencias de cerámica y pequeños trozos de herramienta de sílex.
Las excavadoras trabajan cerca de la zona donde aparecieron los restos. FOTO: PATXI CASCANTE
De paseo, los mayores nos recuerdan que el paisaje urbano que nos rodea “antes, era todo campo”. Una condición rural que en Sarriguren ya se explotaba, por lo menos, entre los años 2.500 y 2.000 a.C. Así está quedando patente tras el hallazgo de ruinas prehistóricas durante las obras viarias de la ecociudad, que alargarán la avenida Unión Europea hasta la Ronda Este; restos del Calcolítico (justo antes de la Edad del Bronce) que cuentan que, frente al polideportivo de esta urbanización del Valle de Egüés, ya vivía gente hace unos 4.500 años.

Las ruinas halladas corresponden a estructuras de combustión: “Un rebaje en el terreno en el que colocaban leños, a los que prendían fuego y cubrían con piedras, sobre las que se ponían los conejos, jabalíes... lo que se quisiera cocinar”, explica Nicolás Zuazúa, director de los trabajos. 


Los arqueólogos del Gabinete Trama (empresa contratada por Príncipe de Viana para hacerse cargo de las excavaciones) también han encontrado varios depósitos “que deberían de ser silos para guardar el trigo u otros alimentos”. Según detalla Zuazúa, “son circulares, de un metro de diámetro más o menos, aunque hay uno rectangular de 6 metros de ancho por 2 de largo”. Además, se han descubierto pequeños objetos, como restos de molinos de mano, evidencias de cerámica y pequeños trozos de piedra sílex, con la que se creaban herramientas.

HALLAZGOS SIMILARES

En total, han aparecido seis núcleos, “ubicados de forma bastante dispersa. Es muy difícil llegar a saber si son contemporáneas o no”, apunta Zuazúa, quien señala que, en las cabañas donde se ubicaban estas estructuras, podían llegar a vivir varias familias. Estaban ocultos a unos 40-60 centímetros de profundidad, por lo que algunos habían sido arrastrados por máquinas agrarias.

Estos seis puntos podrían aumentar conforme avancen las obras del PSIS de Salesianos y de urbanización de la zona, donde además se construirá un restaurante de comida rápida y un supermercado.

Los restos encontrados son algunos de los más antiguos de la zona. “No son únicos en Navarra, pero tienen su importancia porque lo que podemos conocer de aquella gente es gracias a los restos que dejan; aún no existía la escritura”, detalla María García-Barberena, técnico arqueólogo de Trama. Similares a estos se encontraron en las obras de la nueva cárcel de Pamplona y en la construcción del colegio Izaga, en Cordovilla.

Estos nuevos hallazgos en Sarriguren se suman a las tres necrópolis (dos medievales y una de la Edad del Hierro) que ya aparecieron en la ecociudad desde que comenzaron las obras de edificación. Zuazúa señala que, “al principio, pensamos que lo que había aparecido aquí -en referencia a las estructuras de combustión- eran necrópolis similares, pero enseguida nos dimos cuenta que no”.

Como se ha procedido otras veces, las piedras se desecharán, pero los demás restos se catalogarán y terminarán en un almacén de arqueología.

(Fuente: Noticias de Navarra /  Nazareth Bernhardt)