google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: José María Soler
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16 de octubre de 2013

Retoman los trabajos en la villa romana de Casas del Campo en Villena (Alicante)

La cuarta campaña de excavaciones en la villa romana de Casas del Campo, que pretende dar significado a las termas que en 2007 se encontraron en el paraje, se ha iniciado después de permanecer tres años sin presupuesto para estudiar el yacimiento.
La extensión de la villa romana podría llegar a las 13 hectáreas. Fotos: CARLOS RODRÍGUEZ
Las excavaciones de los restos de una villa romana en el término municipal de Villena se han reanudado después de que los trabajos se abandonasen por falta de presupuesto hace tres años. El proyecto de investigación dirigido por Laura Hernández y Luz Pérez ha continuado gracias a la financiación del Ayuntamiento de Villena. 

QUINCE DÍAS PARA DESENTERRAR LA VILLA
La cuarta campaña se ha iniciado esta semana y en ella se pretende ampliar la zona excavada en las anteriores para descubrir nuevas áreas de la villa y discernir si se trata de una construcción residencial o agrícola. Para ello sólo tienen quince días, lo que está previsto que duren las labores de desenterramiento. 

La arqueóloga del Museo Arqueológico José María Soler, Luz Pérez, subrayó que «con estas excavaciones esperamos descifrar si la villa es una residencia de verano o, por el contrario, vivían permanentemente en ella». También aseguró que «a lo largo del Vinalopó se han encontrado villas romanas, pero no se ha excavado ninguna en el ámbito rural», a lo que añadió: «ésta es la primera».

UNA VILLA DEL ALTO IMPERIO
Por su parte, la directora del proyecto, Laura Hernández, señaló que «la extensión de la villa la calculamos en unas 13 hectáreas, lo que supone una finca de gran extensión». En las dos primeras jornadas de trabajo sólo se han sacado a la luz materiales cerámicos, pero las investigadoras esperan que las catas afloren la gran construcción que todavía permanece bajo tierra, guardando los secretos de los habitantes de estas tierras en tiempos del imperio romano. 

TERMAS ROMANAS
El descubridor del Tesoro de Villena e investigador local, José María Soler, fue el primero que habló en sus estudios del hallazgo de una villa romana. Pero fue en 2006 y tras una exploración superficial realizada por el museo en la partida del Campo, cuando se practicó un sondeo geofísico en una de las parcelas para comprobar la posible existencia de elementos constructivos en el subsuelo. 

Un año después se encontraron unas termas romanas fechadas en el siglo I después de Cristo, que se creen que formaban parte de una villa romana de grandes proporciones, propiedad de una familia adinerada de la época Alto Imperial. Los resultados permitieron iniciar los trabajos de excavación en 2007 y continuarlos en 2008 y 2009.

Después, los baños domésticos de la residencia, utilizados para la higiene, la salud, y el ocio se enterraron para evitar su deterioro.

29 de noviembre de 2012

Restauran el poblado fenicio fortificado de El Castellar en Villena (Alicante)

El yacimiento, considerado por los expertos como "excepcional", se remonta 2.500 años atrás y ofrece las primeras manifestaciones de la cultura del vino y el aceite en la comarca. Los trabajos han sido financiado en su totalidad por el empresario dueño de los terrenos.
Un grupo multidisciplinar de especialistas en Arquitectura, Química, Topografía, Restauración y Arqueología han concluido la fase inicial del ambicioso proyecto de excavación, estudio, documentación y musealización del primer poblado fortificado de la cultura fenicia descubierto en las comarcas del Alto y Medio Vinalopó. 
Se trata del primer poblado fenicio fortificado encontrado en el Vinalopó.

El yacimiento de El Castellar se encuentra en Villena, dentro de la finca de Bodegas Francisco Gómez, en un saliente rocoso de la Sierra de Enmedio situado a 706 metros de altura y data de los siglos VII y VI antes de Cristo. 

El director de la actuación, el arqueólogo Marco Aurelio Esquembre, de la empresa Arpa Patrimonio, considera que los restos hallados son el paradigma de un asentamiento fenicio fortificado en altura que, en torno al año 600 a.C., pudo ejercer un pleno dominio sobre las rutas comerciales estables al situarse en el cruce de caminos del norte y sur de la provincia con el interior de la península.

Los trabajos de rehabilitación y puesta en valor del yacimiento para que pueda ser visitable, trabajos que han sido financiados íntegramente por el empresario Francisco Gómez y serán presentados públicamente mañana, han permitido recuperar un entorno único y conocer nuevos aspectos de la vida y costumbres de los colonos fenicios, retrocediendo en el tiempo más de 2.500 años. 

Se han localizado, además, vestigios que confieren al hallazgo una extraordinaria importancia. Han aparecido ánforas con los primeros restos de la cultura del vino y el aceite de oliva del Vinalopó, lo que contribuye a incrementar el patrimonio cultural villenense, además de propiciar nuevas teorías sobre los circuitos económicos y sociales en la Prehistoria, que inciden en la relevancia de esta zona.

La única referencia arqueológica que se tenía del Castellar se remonta a la década de los años 60 cuando el reputado arqueólogo villenense José María Soler catalogó el yacimiento como un asentamiento fortificado medieval islámico en altura. Sin embargo, las excavaciones llevadas a cabo en diferentes fases durante los seis últimos años han permitido extraer nuevas conclusiones sobre un hallazgo que los expertos califican de "excepcional". 

Lo más llamativo del poblado, que ocupa algo más de una hectárea y está muy erosionado, es su muralla de piedra con cuatro torres. Tiene un desarrollo ligeramente curvo de 125 metros de longitud por 2 metros de ancho y 1,5 metros de altura conservada. Para Esquembre la muralla era mucho más que un elemento defensivo. Confería prestigio y autoridad y su existencia es una demostración de poder, un centro aglutinador donde los fenicios hacían intercambios religiosos y comerciales con los indígenas.

Vestigios de un templo, talleres y lagares para elaborar el preciado vino
Todas las edificaciones del poblado fenicio del Castellar, tanto privadas como públicas, de carácter industrial o artesanal, se organizaban en torno a un edificio principal que marca toda la trama urbana. En la zona central y más elevada del cerro los arqueólogos de Arpa Patrimonio han localizado un edificio rectangular. Está construido con muros de mampostería irregular y suelo de losas con tres divisiones. Mantiene una orientación ritual al Este que sugiere que su eje longitudinal buscaba la oposición astronómica del sol naciente en el solsticio de verano. Para los directores de la excavación, Marco Aurelio Esquembre, Daniel Tejerina y José Ramón Ortega, se puede tratar de un centro religioso, junto al cual existe otro de menores dimensiones orientado hacia el Oeste y consagrado a una divinidad. 

Los arqueólogos creen que podría estar dedicado a Melkart, que era una deidad marina, protectora de la navegación, la colonización y el comercio. Pero también de la fertilidad asociada a la agricultura, por lo que en su interior, que contaría con altar y capilla, se realizaban ceremonias rituales de muerte y resurrección buscando su favor. Asimismo, han aparecido en el yacimiento -del que quedaba mucho por excavar- las estructuras de lo que podría ser un almacén, talleres de alfarería y metal así como los lagares para producir el preciado vino que se consumía en las fiestas religiosas y comerciales.