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15 de noviembre de 2017

El análisis de los 'micro hallazgos' revela cómo se vivía hace 22.000 años en Pedreguer (Alicante)

El equipo de la Fundació Cirne lleva a cabo el minucioso estudio de los restos hallados en la alicantina Cova del Comte. Hoy miércoles se retoman las excavaciones en las que participarán estudiantes de la Universitat de València y de la UNED
El alcalde de Pedreguer conoció de primera mano el trabajo del equipo de arqueólogos. 
La gran cantidad de fragmentos de hueso y moluscos ayudarán a reconstruir cómo era la Marina Alta hace 22.000 euros. La campaña comienza con el cribado de materiales y mañana arrancará la excavación en el yacimiento.

La investigación en la Cova del Comte, un excepcional yacimiento arqueológico de Pedreguer en el que se han hallado grabados y pinturas rupestres de hace 22.000 años (cultura solutrense del paleolítico superior), se desarrolla en muchos frentes. La fundación Cirne, que promueve la excavación, apuesta por las últimas tecnologías arqueológicas. Pero, al mismo tiempo, a los arqueólogos les toca cribar materiales y buscar «microhallazgos» que ayudarán a reconstruir cómo era la Marina Alta en el paleolítico superior.

POTENCIAL BRUTAL
De hecho, la quinta campaña, que cuenta con una subvención de la Diputación de Alicante (se destinará a estudios de carbono 14) y con el patrocinio del Ayuntamiento de Pedreguer, ha comenzado ahora con ese laborioso trabajo de tamizar los materiales, que se está llevando a cabo en la sede de la Fundació Cirne, en Xàbia. «Es un yacimiento con un potencia brutal. De ahí que tengamos que parar la excavación para hacer un estudio minucioso de estos materiales», ha indicado el arqueólogo Josep Casabó.

El alcalde de Pedreguer, Sergi Ferrús, ha visitado a los arqueólogos (en la imagen) y se ha interesado por la evolución de las investigaciones.

Entre el sedimento, aparecen gran cantidad de fragmentos de hueso, pequeños perforadores de sílex, moluscos tanto terrestes como acuáticos (varios de estos últimos están agujereados ya que se utilizaron como cuentas de un collar), carbonos que permitirán hacer análisis de carbono 14 y afinar la cronología o piedrecillas de ocre (pigmento que se empleó en las pinturas rupestres). Todos esos «microhallazgos» se enviarán a los especialistas para que realicen un estudio exhaustivo. Son fundamentales para reconstruir el clima, la realidad ambiental, la dieta (a través de los fragmentos de hueso) y cómo vivían los cazadores paleolíticos que se refugiaron en la Cova del Comte.

Las excavaciones en este yacimiento se iniciarán mañana. Las llevan a cabo los arqueólogos Josep Casabó, Joan de Déu Boronat, Pasqual Costa y Ximo Bolufer y también participan estudiantes de la Universitat de València y de la UNED.

(Fuente: La Marina Plaza)

28 de febrero de 2017

Un curso de la UNED profundizará en la Córdoba prerromana

El Centro Asociado a la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en Córdoba ofrecerá el próximo marzo, con el patrocinio de la Diputación cordobesa, CajaSur y de la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía, un curso sobre la Córdoba prerromana, de la mano de especialistas y con visitas a yacimientos, como el de Ategua.
Según la información facilitada por la organización de este curso de extensión universitaria, titulado 'El Patrimonio Arqueológico de la Provincia de Córdoba (III Edición)', analizará la "importancia y trascendencia de los poblamientos prerromanos en la provincia de Córdoba".

La intención de la organización es que este curso, que se desarrollará entre el 9 y el 11 de marzo, sea "continuación de un amplio proyecto a través del cual acercar a los alumnos a las distintas zonas de la provincia de Córdoba donde se hizo más viva la presencia de los pueblos prerromanos".

Se pretende con esta actividad alcanzar dos objetivos, por un lado, analizar el poblamiento prerromano en distintos enclaves de la Península Ibérica y, junto a esto, ofrecer los resultados de los trabajos de investigación arqueológica que se están desarrollando en la provincia de Córdoba, "como documentos vivos en nuestras tierras", culminando con la visita al yacimiento de Ategua.

SESIONES PRESENCIALES
Desde el punto de vista metodológico, se han programado dos sesiones presenciales, de cuatro horas de duración cada una, en la sede de la UNED en Córdoba, y como colofón a las mismas la citada visita al yacimiento arqueológico de Ategua, objeto de análisis en este curso. Este planteamiento de la actividad supondrá un total de 20 horas lectivas.

De acuerdo con ello, el curso contará con dos créditos de libre configuración y un crédito ECTS, "para los alumnos inscritos y que realicen la actividad con aprovechamiento", y aunque la actividad está dirigida a alumnos del Centro Asociado de la UNED en Córdoba y otros alumnos universitarios, también está abierta al público en general interesado en la temática, pues no se requiere ninguna titulación para inscribirse.

ESPECIALISTAS
Como ponentes se cuenta con profesores de la UNED y especialistas de destacado reconocimiento en la materia y encargados de yacimientos de la provincia. En concreto, las arqueólogas y profesoras de la UNED, Carmen Guiral y Mar Zarzalejos; el arqueólogo de Arqueobética, S.L., Antonio Moreno; el arqueólogo de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) del Ayuntamiento de Córdoba, Juan Francisco Murillo, y la coordinadora de Enclaves RECA de Córdoba, María del Camino Fuertes.

(Fuente: Europa Press)

16 de septiembre de 2014

Arqueólogos de la UNED confirman un nuevo yacimiento mesolítico en Hellín (Albacete)

Un grupo de investigadores del Departamento de Prehistoria de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) que dirige el doctor en Historia, Alberto Mingo, acaba de confirmar la existencia de un nuevo yacimiento arqueológico en el municipio de Hellín, conocido como "El Acebuchal", en las inmediaciones de Agramón.
La investigación del yacimiento de "El Acebuchal" es crucial para comprender  por qué los humanos pasamos de nómadas a sedentarios. Foto: RADIO HELLÍN
Este yacimiento fue detectado hace varios años pero, ha sido en las última semanas cuando se ha excavado, investigado y concluido que se trata de un abrigo con más de 50 metros de extensión y diez de profundidad, que domina visualmente parte de un valle del sureste hellinero. 

Los primeros datos de una investigación aún incipiente apuntan a un grupo de nómadas, no muy numeroso que, a lo largo del Otoño y Primavera, se instalaban en esta zona, antes de emprender la ruta por los valles de la Bética, desde Villena hasta el río Mundo.


ABRIGO MESOLÍTICO
En principio la investigación apunta a que pertenece a la misma edad que Cueva Blanca y Pico Tienda, el Mesolítico: un período prehistórico de transición, entre el Paleolítico y el Neolítico, que se extendió entre el 10.000 y el 5.000 Antes de Cristo, aproximadamente.

Su investigación resulta crucial para comprender la historia del ser humano, ya que fue en esta etapa cuando los humanos dejaron de ser nómadas, cazadores-recolectores, para convertirse en sedentarios agricultores-ganaderos: un cambio que se reconoce como el periodo más revolucionario de la historia.

Los grupos humanos que habitaron los Campos de Hellín en este momento de la prehistoria vivieron en un periodo climático «interglaciar» (como en la actualidad), pasando de un clima frío a un clima templado, lo que propició la aparición de una nueva cubierta vegetal que atrajo a una gran cantidad de fauna que resultó fundamental para sobrevivir.

CAMBIOS
Desapareció la megafauna y ello conllevó el desarrollo de nuevas técnicas para la caza de animales más pequeños, entre las que siempre se encontraba el uso del sílex con el que fabricaron gran cantidad de instrumentos, ahora, muy presentes en los distintos yacimientos hellineros que investiga el Departamento de Prehistoria de la UNED.
A partir del 20 de septiembre la UNED impartirá en Hellín un nuevo curso de verano al que asistirán 35 alumnos de toda España.

(Fuente: Radio Hellín)

18 de enero de 2012

Hallan en la Cueva de Nerja (Málaga) el colgante más antiguo elaborado con un percebe

El descubrimiento de un grupo de investigadores de la UNED es el primer caso de ajuar localizado en la gruta y está datado hace unos 30.000 años 
El antecedente más primitivo hallado en la península ibérica de las actuales medallas o colgantes. Así se podría calificar el descubrimiento realizado en la Cueva de Nerja por un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y de las universidades de Valencia y Salamanca. Un pequeño trozo de concha de un percebe, de apenas dos centímetros de longitud, es esta valiosa pieza de aquellos primitivos ajuares, que confirman que los hombres del Paleolítico Superior, hace ahora unos 30.000 años, ya daban valor simbólico a elementos de su vida cotidiana.
 La pieza, de apenas dos centímetros de longitud, fue localizada
 en excavaciones realizadas en los 80. 
:: E. C. 
«Estamos ante poblaciones con gustos similares a los nuestros, en las que se valoraba el adorno corporal, quizá con un significado que puede estar en relación con la identidad del grupo al que pertenecían, al igual que ocurre actualmente con los adornos que portan diferentes personas y grupos de personas en nuestra sociedad», explica Jesús Francisco Jordá Pardo, profesor contratado doctor del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UNED, quien pone como ejemplo los 'pins' que se colocan los jóvenes en sus vestimentas.
«El colgante sería utilizado como elemento de prestigio por parte de un integrante de aquel grupo humano que podría tener cierta importancia dentro de él, no sabemos si hombre o mujer. Pero, en cualquier caso debía ser un objeto que llamaba poderosamente la atención en el grupo, puesto que hasta la fecha no hemos encontrado nada parecido en ese momento, ni tampoco en momentos posteriores», continúa este especialista, quien añade que este colgante de percebe «significa que aquellos pobladores, que todavía no utilizaban los recursos marinos para su alimentación, sí que los usaban para su adorno corporal, con el riesgo que conllevaba su obtención».
El descubrimiento de esta pieza forma parte de un conjunto de elementos extraídos en las excavaciones realizadas en la gruta nerjeña con anterioridad a 1988, bajo la supervisión del profesor Francisco Jordá, ya fallecido, padre del docente de la UNED. Sin embargo, a pesar de que esta pieza se extrajo hace ya más de veinte años, su catalogación exacta y valoración histórica no ha sido posible hasta ahora, gracias a la labor de Jordá, junto a Bárbara Avezuela Aristu, doctoranda del Laboratorio de Estudios Paleolíticos de la UNED, y los doctores Esteban Álvarez Fernández, investigador Ramón y Cajal del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad de Salamanca, y Emilio Aura Tortosa, del departamento de Prehistoria e Historia Antigua de la Universidad de Valencia.
Los resultados de este hallazgo han sido publicados en una monografía de la Universidad de Wroclav (Polonia) con el título de 'Written in bones', cuya traducción sería 'Escrito en los huesos'. Los investigadores destacan la importancia de los yacimientos arqueológicos de la Cueva de Nerja para el estudio de la vida de los cazadores y recolectores del final del Pleistoceno Superior, es decir, del final de la época glacial.
La costa, a cinco kilómetros
«Hasta la fecha no se habían encontrado en todo el Paleolítico Superior colgantes realizados sobre este material, que es una placa del extremo de un percebe que, además, debió ser de un gran tamaño. En otros yacimientos, en épocas más recientes, se han encontrado restos de percebes, pero probablemente fueron utilizados para la alimentación, nunca con huellas de manipulación para servir de colgante», explica Jordá.
Así, la pieza correspondería al periodo del Gravetiense, hace unos entre 30.000 y 28.500 años antes de Cristo, «en una época mucho más fría que la actual, con la costa a más de cinco kilómetros de la línea que hoy conocemos y el nivel del mar unos 120 metros más bajo que el que ahora alcanza en la zona de Nerja», matiza Jordá, quien explica que en esa época también se usaban adornos hechos con pequeños gasterópodos, esto es, restos de conchas y otras piezas marinas.
(Fuente: Diario Sur / Eugenio Cabezas)