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19 de enero de 2023

Un desprendimiento en la muralla aflora restos judíos de la Edad Media en Burgos

Tras el desprendimiento de un talud de tierra, se localizaron más de 3.400 fragmentos de cerámica, entre los que se encuentran ollas, cazuelas y jarrones; cuarenta piezas de metal, en su mayoría monedas; y más de 900 restos óseos de animales.
El estudio de los restos ha permitido apuntar a que, al menos, parte de ellos son de origen judío, sobre todo por la identificación de dos pequeñas lámparas que se utilizaban en sus ceremonias y porque no se han encontrado restos de cerdos entre las numerosas piezas de hueso.

Un desprendimiento de tierras junto a la muralla de Burgos, en la parte alta del centro histórico, que tuvo lugar el pasado mes de agosto, ha propiciado el hallazgo de restos de la comunidad judía de la Edad Media de los siglos XIV y XV, entre los miles de fragmentos que se recogieron.

La arqueóloga Fabiola Monzón ha explicado en rueda de prensa que se trata de una zona en la que confluyeron la ciudad medieval, la judería y un recinto napoleónico en la Guerra de la Independencia.

Tras el desprendimiento de un talud de tierra, se localizaron más de 3.400 fragmentos de cerámica, entre los que se encuentran ollas, cazuelas y jarrones; cuarenta piezas de metal, en su mayoría monedas; y más de 900 restos óseos de animales. Además de tres pequeños dados de juego elaborados en hueso y balas de mosquetón de la época de la Guerra de la Independencia, aunque no se puede concretar a qué bando pertenecían.

El estudio de los restos ha permitido apuntar a que, al menos, parte de ellos son de origen judío, sobre todo por la identificación de dos pequeñas lámparas que se utilizaban en sus ceremonias y porque no se han encontrado restos de cerdos entre las numerosas piezas de hueso. No obstante, la arqueóloga ha matizado que la mayor parte de los elementos encontrados eran de uso común en la época, por lo que no se puede asegurar que pertenecieran a habitantes de la antigua judería.

4 de mayo de 2016

Documentan en Teruel una cerámica medieval con dos judíos representados

La vasija que data del siglo XIII es una de las piezas más singulares de la Europa medieval por el motivo de su decoración que representa a dos varones judíos.
La escudilla con la probable representación de judíos hallada en la judería turolense. FOTO: MUSEO DE TERUEL
Una vasija de cerámica, que data de finales del siglo XIII o inicios del XIV y hallada en Teruel, se ha revelado como una de las más singulares piezas de la Europa medieval, al estar decorada con representaciones humanas de dos varones judíos,lo que la hace casi única.

Este hallazgo es fruto de la investigación desarrollada por el arqueólogo Antonio Hernández Pardos, que ha sido publicada recientemente en la revista de estudios hebraicos y sefardíes "Sefarad", editada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIS).

Mediante un exhaustivo análisis de la iconografía judía y cristiana de aquella época, Hernández Pardos ha logrado identificar dos figuras humanas de varones judíos pintadas en este fragmento de cerámica.

El investigador ha destacado la singularidad de la pieza dentro del conjunto iconográfico judaico y del repertorio cerámico medieval en el Mediterráneo occidental.

UN MOTIVO DECORATIVO POCO USUAL

El motivo es que la representación de judíos es escasa en este tipo de utensilios domésticos, que están decorados más habitualmente con escudos, motivos florales, vegetales o geométricos.

Los judíos de la época, en su mayoría los varones, suelen aparecer sólo en miniaturas en manuscritos que utilizaban para rezar o, por parte de los cristianos, en pinturas que decoraban retablos e iglesias, como es el caso del artesonado mudéjar de la Catedral de Teruel.

Según el estudio arqueológico, se cree que esta obra fue realizada por las primeras generaciones de alfareros de Teruel y que pudo ser encargo de un vecino judío de la ciudad, algo interesante "en el contexto de represión de los judíos".

Antonio Hernández Pardos ha destacado que el descubrimiento de estas pinturas ha sido "fruto del azar" ya que no imaginaban en un principio que los fragmentos que encontraron en la excavación fueran a componer figuras de varones judíos.

El hallazgo de la pieza se remonta al 2004, cuando se realizó una excavación arqueológica en el subsuelo de la plaza de la Judería de Teruel con motivo del proyecto de la mejora de la plaza y la consolidación y protección de las estructuras que aparecieron, que se conservan bajo el actual pavimento.

Sin embargo, la vasija medieval no comenzó a ser restaurada hasta 2011 por la inquietud personal del arqueólogo, quien se interesó en juntar los fragmentos y estudiar su iconografía con la ayuda de algunas becas para la investigación arqueológica.

PODRÍA HABER MÁS SORPRESAS
Y es que, según ha apuntado Hernández Pardos, todavía hay una gran cantidad de material que pertenece a excavaciones que llevan realizándose en la capital turolense desde el año 2000 y que está, en su mayoría, sin estudiar por lo que no descarta que haya "más sorpresas almacenadas en cajas en el Museo de Teruel".

El arqueólogo ha apuntado a la falta de medios como la causa por la que solo se ha podido estudiar una mínima parte del material encontrado en estas excavaciones ya que "no hay gente, ni presupuesto, ni equipos para estudiar todas estas ruinas".

Esta excepcional escudilla ha sido incorporada a la exposición permanente del Museo de Teruel junto a otra importante pieza cerámica que consiste en una lámpara ritual descubierta en la capital en 1978.

10 de junio de 2013

Descubren un cementerio judío en Toledo con 107 tumbas

Las excavaciones arqueológicas en el Cerro de la Horca de Toledo han permitido localizar 107 tumbas que conforman el cementerio judío de la ciudad y que estuvo en uso durante el siglo XIII. 
El cementerio judío ocupa una gran parte de la llanura norte de Toledo y está bajo edificios emblemáticos.
Foto: Arturo Ruíz Taboada
El arqueólogo Arturo Ruiz Taboada ha explicado que estas tumbas han salido a la luz con motivo de una excavación realizada en una zona ajardinada del IES Azarquiel de la capital, en el marco de los trabajos de la ampliación del aulario del centro educativo. Esta circunstancia permitió que los arqueólogos pudieran excavar en esta zona de la ciudad, que actualmente está urbanizada. 

A raíz de estas excavaciones, desarrolladas en 2008 y 2009, se ha podido "individualizar" el cementerio judío, ya que, tal y como ha indicado Ruiz Taboada, esta zona de la llanura norte de Toledo ha sido tradicionalmente un "inmenso cementerio", en el que las distintas comunidades religiosas que han vivido en la ciudad han ido dando sepultura a sus difuntos a lo largo de los tiempos, hasta la Edad Media. 

Bajo edificios emblemáticos
La conclusión de estos trabajos es que el cementerio judío ocupa "una parte importante de la llanura norte de Toledo" y está bajo "edificios emblemáticos" de la ciudad, como el colegio de Nuestra Señora de los Infantes, el Parque de las Tres Culturas o el IES María Pacheco. En resumen, "una extensión espectacular, enorme", que no ha podido precisar en hectáreas, ya que aún no han terminado las labores para delimitarlo. Sí ha insistido en que, en general, la llanura norte de Toledo, hasta el inicio del camino de Madrid, es "un inmenso cementerio de todas las épocas". 

El más antiguo es el cementerio romano, en la zona de la Avenida de la Reconquista y de la Vega Baja; luego está datado el cementerio visigodo, también en la Vega Baja y, con el paso de los años, la zona se convirtió en cementerio cristiano, en el eje de Santa Leocadia de Afuera-Circo Romano, e Iglesia de San Antón. En ese eje, además de las tumbas cristianas, también se localiza el cementerio musulmán y, con esta excavación, se ha delimitado el judío. 

Tumbas bien conservadas
Ruiz Taboada ha destacado el buen estado de conservación de las tumbas que se pudieron excavar en la "pequeña muestra" del cementerio que constituye el jardín del IES Azarquiel. En esta excavación se ha podido estudiar el ritual de enterramiento, caracterizado por la profundidad de las tumbas, con fosas de hasta 2,5 ó 3 metros. 

"La finalidad era que el difunto quede conservado eternamente y, además, los entierran siempre en contacto con tierra virgen, procurando evitar que una tumba entre en contacto con otra", detalla Ruiz Taboada.

 También se ha podido detectar el uso de cierres subterráneos de la tumba, una práctica "muy característica de Toledo" que consistía en la construcción de una bóveda de ladrillo para cubrir el ataúd del difunto. 

Sepulturas familiares
En este cementerio, que se ha podido fechar en el siglo XIII gracias al hallazgo de una moneda de esa época, también se han descubierto pequeñas agrupaciones de tumbas. Estas pequeñas estructuras arquitectónicas pueden demostrar que en ellas se enterraba una unidad familiar y que en las distintas tumbas se daba sepultura a los distintos miembros. 

Asimismo, también se han dado casos de mujeres enterradas con niños neonatos, que hacen pensar que las madres que morían en el parto y los bebés fallecidos eran enterrados juntos. 

Una excavación polémica
Ruiz Taboada ha recordado que esta excavación causó gran revuelo en la comunidad judía ultraortodoxa y, de hecho, una asociación judía de Nueva York pidió en 2009 a las autoridades españoles que impidan los trabajos arqueológicos desarrollados en Toledo y que fueron tachados de "profanaciones". Para evitar posibles conflictos en el futuro ante este tipo de excavaciones, Ruiz Taboada ha propuesto la elaboración de un plan específico para este tipo de "yacimientos tan sensibles", pues ha vaticinado que seguirán apareciendo más restos de antiguos cementerios en la ciudad.
(Fuente: El Diario / EFE)

11 de noviembre de 2012

Comienza en Cástulo la fase de "trabajo de oficina"

Monedas, cerámica, joyas, huesos o restos de enseres encontrados en las excavaciones de la ciudad ibero-romana de Cástulo son analizados durante estos meses en el "cuartel de invierno" de los arqueólogos para completar con trabajo de laboratorio su labor de campo.
Hasta el próximo mes de abril, las piezas encontradas en el yacimiento
serás sometidas a limpieza y medición.
Foto: FORVM MMX.
Monedas, cerámica, joyas, huesos o restos de enseres encontrados en las excavaciones de la ciudad ibero-romana de Cástulo, que fue puerto fluvial del Guadalquivir, son analizados durante estos meses en el "cuartel de invierno" de los arqueólogos para completar con trabajo de laboratorio su labor de campo.

Se trata del "trabajo de oficina del arqueólogo", el menos conocido, pero que es absolutamente necesario, registrando todas y cada unas de las piezas encontradas desde una moneda hasta el trozo más pequeño de cerámica, según ha explicado a Efe Marcelo Castro, investigador principal del proyecto FORVM MMX.

Desde la primera semana de octubre hasta abril, se limpian, pesan, miden y relacionan con el lugar estratigráfico donde fueron encontradas, como si de una nube de puntos se tratara.

Los resultados en ocasiones permiten hacer cambios o precisar cronológicamente los hallazgos, que esconden la historia de los habitantes de esa ciudad, situada a cinco kilómetros de Linares (Jaén), lugar de paso de varias vías romanas, construida en el siglo I y abandonada entre el siglo II y el IV.

Es el caso de objetos como unos dados de marfil y fichas de juego, una llave en forma de ele encontrada junto a una puerta escondida bajo un ladrillo, o el engaste de un anillo de ágata con un "bonus eventus" (figura protectora romana, utilizada como sello).

También es curioso un grupo de monedas del bajo imperio romano, por ser la primera vez que se encuentra un conjunto completo asociado a un estrato.

Otro hallazgo llamativo ha sido el de dos lucernas, con grabados como el de Mercurio montando a un gallo, o una "menorá" (candelabro de siete brazos), que permite fijar la presencia de judíos en Cástulo en época romana.

Se trata de la segunda parte del estudio arqueológico, al que aún le seguiría una tercera, consistente en la publicación y difusión de los hallazgos, conclusiones con las que se reescribe la historia de los pueblos.

En este caso de una ciudad que en época ibera fue la capital de la Oretania, además de escenario de la Segunda Guerra Púnica, y lugar de nacimiento de la princesa Himilce, mujer del cartaginés Aníbal.

(Fuente. EFE / Ana Sola)

3 de junio de 2012

Lucena accede a la Red de Juderías de España

La ciudad cordobesa, la única que no es capital de provincia, se une a otras 23 localidades en la promoción y defensa del patrimonio sefardí · Los primeros contactos para la inclusión se iniciaron en 2003.
Plaza de Santiago, antiguo centro de la Judería de Lucena,
desaparecida en el S. XVI.
La ciudad de Lucena forma parte ya de la Red de Juderías de España, junto a otras 23 localidades, con el objetivo de promover y defender el patrimonio sefardí. Así se acordó ayer por unanimidad en el transcurso de la asamblea de la entidad, celebrada en Tortosa. La red valoró el proyecto presentado por Lucena, que acredita la existencia no únicamente de un barrio judío, sino de una ciudad completa durante la Edad Media. El hallazgo y documentación de la necrópolis hebrea, el inicio de un estudio pionero en Andalucía por parte de la UCO sobre el papel de los judeoconversos en la historia local y las distintas acciones de divulgación llevadas a cabo desde el Ayuntamiento de Lucena han sido algunos de los factores tenidos en cuenta por los municipios integrados en la red.

La incorporación de la ciudad se lleva a cabo tras una ronda de contactos previa mantenida por el alcalde, Juan Pérez, y miembros de la comisión técnica creada para presentar a las diferentes localidades de la red el proyecto lucentino, que ha recabado el apoyo de escritores, investigadores y expertos en la materia a lo largo de los nueve años de trabajo municipal para lograr su inclusión en la Red de Juderías, con la que se iniciaron los primeros contactos en el año 2003.

El regidor lucentino, visiblemente emocionado, manifestó su satisfacción tras recibir esta noticia, que calificó como "muy importante y de gran repercusión para la ciudad". Y es que Lucena, a partir de ahora, podrá beneficiarse de las distintas acciones de promoción a nivel internacional que la red lleva a cabo para atraer un turismo especializado en conocer los antecedentes históricos de la comunidad judía. Por su parte, el concejal de Turismo del Ayuntamiento, Manuel Lara, mostró su agradecimiento a las personas e instituciones que han hecho posible esta adhesión, alcaldes y concejales lucentinos de corporaciones anteriores, técnicos del Ayuntamiento y del Consistorio cordobés, así como técnicos, regidores de las ciudades que han sido visitadas por la delegación lucentina -Toledo, Ávila, Segovia, Tarazona, Estella, Tudela, Calahorra y Tortosa-, a los miembros de la mesa técnica del proyecto Lucena judía y a colaboradores como escritores, cronistas, académicos, historiadores, entidades, instituciones y asociaciones. Los miembros de la mesa técnica Teresa Ruiz-Canela, Araceli Maíllo, Mario Flores, Carlos Villa en representación de una compañera y María del Carmen Aguilera mostraron su alegría por la inclusión de Lucena y afirmaron que es "algo que ha costado mucho esfuerzo pero que merecerá la pena", y que "supone una inyección de moral y lo será también desde un punto de vista económico".

Por su parte, el cronista oficial de la ciudad, Luis Fernando Palma Robles, se refirió al día de ayer "una jornada histórica", sólo comparable al 1 de enero de 1618 cuando Lucena empezó a ser ciudad. Palma Robles aseguró que "Lucena no necesitaba ningún hito para entrar a formar parte de la Red de Juderías, porque es algo que le corresponde por derecho" e hizo hincapié en que es destacable para nuestra comunidad autónoma porque "Lucena es la única ciudad que no es capital de provincia en formar parte de la red en Andalucía". La técnico de Turismo Emilia Gálvez señaló que se recuperará la parte histórica de la ciudad y habló en concreto del proyecto Rasgo -restaurantes, alojamientos, servicios y señalética, guías y ocio y cultura, los cinco pilares que conforman un producto turístico para cubrir las necesidades de los visitantes-.

La Red de Juderías de España es una asociación pública sin ánimo de lucro que tiene como objetivo la defensa del patrimonio sefardí en España y la promoción de proyectos culturales y turísticos. Barcelona, Ávila, Sevilla, Córdoba o León son algunos de los miembros a los que ahora también se une Lucena.

(Fuente: El Día de Córdoba / Almudena Yébenes)

25 de abril de 2010

Toledo: la ciudad de las tres culturas

Tras su conquista por Alfonso VI en 1085, Toledo se convirtió en encucijada de tres culturas y ejemplo de convivencia entre mudéjares, mozárabes, judíos y cristianos del norte, acogiendo iniciativas culturales tan notables como la de la famosa Escuela de Traductores.


Tras ocupar Toledo en 1085, Alfonso VI de León y Castilla garantizó los derechos de los musulmanes, los judíos y los cristianos arabizados que vivían en la ciudad, dando así inicio a un pionero ensayo de tolerancia. Toledo se convirtió en la ciudad de las tres culturas. Al contemplar la ciudad encaramada sobre su promontorio y abrazada por las gargantas que el Tajo ha tallado en la roca, al-Idrisi, el gran viajero andalusí del siglo XII, podía exclamar con justicia: «Toledo está por encima de cuanto se dice de ella.
Dios la ha adornado como a una novia, ciñendo su cintura con un río parejo a la Vía Láctea y coronando su cabeza».

No fue éste el único elogio que Toledo suscitó durante la Edad Media. Capital del reino visigodo destruido por la invasión islámica de 711 y que los cristianos querían restaurar, la ciudad del Tajo fue símbolo de unidad y de pluralidad, de la Reconquista y de la tolerancia. Durante siglos residieron dentro de sus muros gentes de diversas religiones y culturas en un clima de convivencia pacífica que se haría legendario. Tras la victoria cristiana de las Navas de Tolosa (1212), cuando la frontera se trasladó a Sierra Morena, la ciudad del Tajo quedó libre de la presión musulmana. La sociedad que se desarrolló en Toledo a lo largo de ese periodo estuvo marcada por la convivencia de comunidades con identidades diferentes, tanto culturales como religiosas. La toma de Toledo en 1085 se tradujo en una capitulación que favorecía a todos sus habitantes.

Alfonso VI se comprometió a respetar los bienes y creencias de los musulmanes, aunque estaban obligados a satisfacer los impuestos que antes pagaban a las autoridades musulmanas. Aunque, según el acuerdo de capitulación los musulmanes podían conservar la gran mezquita, en 1086 el arzobispo de Toledo la ocupó y la consagró como catedral cristiana. En 1090 Alfonso VI otorgó a los judíos que vivían en su reino un fuero conocido como ‘Carta inter christianos et judaeos’ que les equiparaba en derechos a los cristianos. Las autoridades cristianas de Toledo dictaron normas por las que se prohibía a los mudéjares compartir mesa o casarse con cristianos y acceder a cargos públicos. Mientras que mozárabes y mudéjares convivían abiertamente en la ciudad, los judíos, cuya presencia en Toledo se remontaba a la época romana, residían en un barrio propio. Los judíos de Toledo desempeñaron numerosos oficios de carácter artesanal, pero destacaron en el ámbito del comercio y las finanzas, y desempeñaron un importante papel en la vida intelectual de la ciudad. Durante la ocupación cristiana, Toledo no sufrió destrucciones ni saqueos, por lo que conservó su trama urbana y sus edificios más emblemáticos. Por último, entre 1252 y 1284 Alfonso X marcó el apogeo de la Escuela de Traductores.

Via: historiang.com