google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: palacio íbero
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31 de agosto de 2016

Inician el proceso para la declaración BIC del yacimiento íbero del Cerro de la Merced

El Ayuntamiento de Cabra (Córdoba) está dando los primeros pasos para la consecución de su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC).Las propuestas científicas y administrativas para proteger y poner en valor el complejo ibérico del Cerro de la Merced continúan.  
Fernando Quesada con el equipo de excavación de la campaña 2015 en el Cerro de la Merced.
Una propuesta que como ha informado a través de una nota, “ha encontrado eco favorable y un genuino interés” de la delegación provincial de Cultura de la Junta de Andalucía en Córdoba y que permitirá dotar al yacimiento arqueológico de una figura jurídica que reconoce la importancia patrimonial de un bien cultural, e implica, medidas jurídicas singulares para garantizar su protección.

En este caso añade, se reconoce explícitamente la relevancia de un yacimiento único en su género por varias razones como que “es un muy valioso testimonio arquitectónico de la cultura ibérica, e históricamente refleja la fase final de dicha cultura y el proceso de romanización en Andalucía”.

Además recuerda que este destaca por su monumentalidad y excepcional estado de conservación en plantas y alzados de muros ciclópeos, escalinatas de piedra y relieves entre otros elementos y por último, resalta la propiedad municipal de los terrenos y la decidida apuesta del Ayuntamiento de Cabra por la protección, puesta en valor y musealización del complejo aristocrático como foco de referencia de un turismo cultural de calidad, en adición a sus valores propios históricos y científicos.

Por todo ello ya se han iniciado los pasos, desde el Ayuntamiento de Cabra y por el equipo de arqueólogos de la Universidad Autónoma de Madrid bajo la dirección del arqueólogo Fernando Quesada y otras entidades andaluzas, para presentar la documentación técnica al objeto de tramitar el preceptivo expediente.

RECINTO FORTIFICADO IBÉRICO
El recinto fortificado ibérico en el Cerro de la Merced, uno de los más suroccidentales del conjunto de la Campiña y la Subbética cordobesas, es uno de los más grandes y aparentemente mejor conservados de la región.


Las excavaciones han servido para revelar una ocupación prolongada de la cima del cerro. Tras una primera fase de la Edad del Bronce, apenas vislumbrada, seguida por un hiato, se produjo la construcción de un gran recinto fortificado en Baja Época Ibérica (siglos II-I a.C.). Dicho recinto tiene un núcleo cuadrado en la cima de unos 19 metros de lado, formado por potentes muros de los que se conserva el alzado de un zócalo ciclópeo de más dos metros de altura y aún mayor espesor. Se aprecian en su interior restos de muros de adobe.

Muy poco después se añadió un recinto exterior concéntrico más irregular, de unos 40 metros de lado aproximadamente; en el pasillo entre ambos se construyeron edificaciones auxiliares. Tras una destrucción intencionada, todavía se reutilizaron las ruinas durante un breve espacio de tiempo, antes de un abandono definitivo probablemente antes de mediados del s. I a.C. Siglos después la cima del cerro sería ocupada por una modesta construcción de época emiral islámica.

31 de julio de 2015

Documentan un palacio ibérico de los siglos II - I a.C. en el Cerro de la Merced, en Cabra (Córdoba)

Los arqueólogos sacan a la luz un gran edificio con diez estancias en su planta baja, diferentes aterrazamientos y una escalinata monumental hasta el acceso principal del recinto palaciego donde se ha localizado el arranque de escalera para una segunda planta.
Fernando Quesada con el equipo de excavación al completo en ésta IV Campaña en el Cerro de la Merced. 
Los hallazgos realizados en esta IV campaña de excavaciones trascienden por completo la idea de que se trataba de un simple recinto fortificado ibérico. Según nos comenta Fernando Quesada, director de la excavación, "hoy podemos afirmar que nos encontramos frente a un complejo aristocrático o palacial de gran relevancia", como queda demostrado por la suma de los diferentes hallazgos realizados este año.

DIEZ HABITACIONES Y ESCALERA A PISO SUPERIOR
Las tareas de desescombro y excavación realizadas han permitido descubrir la existencia de un gran edificio de dos pisos, con hasta diez estancias muy regulares en la planta baja y muros de piedra y adobe conservados hasta en cuatro metros de altura. Precisamente en una de las estancias descubiertas junto al acceso principal  se ha encontrado el arranque de la escalera al piso superior. 

La existencia de esta segunda altura viene demostrada también, nos comenta Quesada, por el descubrimiento de mechinales a dos metros de altura en los muros en los que se sustentarían los soportes para una segunda altura del edificio, hoy colapsada y cuyos restos de derrumbe todavía ciegan una de las dependencias.
Fernando Quesada nos muestra los mechinales 
en los que se sustentaría la segunda planta del edificio.

Dentro de los espacios habitacionales descubiertos destaca por su singularidad una pequeña estancia, anexa a otra mayor, que también ha aparecido enlosada con lajas de piedra en su totalidad y que no dispone de ventilación ni aperturas al exterior con un vano de acceso que sólo permitiría la entrada de una persona. En opinión de Quesada, ésta habitación se podría corresponder con un lugar de culto.

MURALLA DE CUATRO METROS DE ESPESOR
Según Quesada el recinto fortificado se extiende sobre una superficie total de 700 metros cuadrados de los cuales la planta del edificio ocupa unos 400 metros cuadrados, que con esta segunda altura podría superar los 600 metros cuadrados habitables. Todo el edificio estaría protegido por una potente muralla de cuatro metros de espesor que en su parte exterior estaría formada por bloques ciclópeos de piedra y adosado a una muralla interior mediante carga de mampostería. 

Según nos comenta Quesada, toda la estructura palaciega y las cuatro esquinas de esta muralla fueron destruidas, con toda probabilidad por los ejércitos de Roma que controlaban el Valle del Guadalquivir y como consecuencia de algún desacuerdo con el señor, o príncipe de éste lugar. 
Escalinata de acceso al recinto palaciego desde los aterrazamientos 
de la cara sur hasta el acceso principal en la ladera este del edificio.

ATERRAZAMIENTOS Y ESCALINATA DE ACCESO
La importancia y complejidad de esta edificación -nos comenta Quesada- también vendría demostrada por el descubrimiento de diferentes aterrazamientos en la ladera sur del Cerro y el hallazgo de una escalera monumental perfectamente pavimentada con losas de piedra que, partiendo de estas terrazas, daría acceso al recinto por la cara Este del cerro, donde además se ha localizado el acceso principal. 



UNA SINGULAR MANILLA DE ESCUDO IBÉRICO
Precisamente en este acceso, en lo que vendría a ser el vestíbulo se ha descubierto una manilla de escudo ibérico elaborada en hierro forjado, y que por su singularidad, sólo hay otras tres documentadas del mismo tipo y dimensiones en los yacimientos de Fuente Tójar (Córdoba) y en los de Jumilla y Mula en Murcia.

En opinión de Quesada esta manilla, que estaba oculta entre los materiales constructivos de uno de los muros, tendría alguna funcionalidad religiosa o de protección, y es muy posible que perteneciera al ajuar guerrero de uno de los antepasados del príncipe ibérico, señor de este palacio, y en cuyo honor se erigiera el monumento que coronó la cima de este cerro en los S. IV o V a.C.

REUTILIZACIÓN DE MATERIALES
Nuevos hallazgos en la estructura constructiva del edificio confirman además la reutilización de materiales correspondientes al monumento documentado en campañas anteriores y datado entre los siglos V-III a.C. 
Detalle del enlosado en una de las habitaciones
descubiertas.


Con las tareas de desescombro han salido a la luz nuevas piezas del monumento que ocupó lo alto del Cerro de la Merced entre los siglos IV-V a.C. entre los que destacan una nueva piedra con gola, cuyo perfil casa perfectamente con la descubierta el pasado año, como nos ha demostrado Fernando Quesada, así como nuevos restos de molduras ("ovas") cinceladas a mano sobre la piedra.

Y es que, según nos cuenta Fernando Quesada, la cronología de ocupación del Cerro de la Merced es sin embargo muy anterior a estas fechas, ya que también se han documentado en el interior del recinto algunas industrias correspondientes al Bronce pleno o antiguo.

UN ESPACIO HABITADO A LO LARGO DE LA HISTORIA
La habitabilidad del Cerro de la Merced también se extiende a mucho tiempo después de que los romanos destruyeran el recinto palaciego e inutilizaran sus enormes murallas provocando el derrumbe de las cuatro esquinas de las mismas, ya que en este mismo espacio en el S. X aproximadamente también se reutilizó el emplazamiento con una atalaya árabe de vigilancia en el paso entre el valle del Guadalquivir y la depresión Priego-Alcaudete. 

También hemos comprobado como se han desplazado piedras desde sus emplazamientos originarios para construir rudimentarios habitáculos en épocas posteriores y cómo éste emplazamiento ha atraído la curiosidad de expoliadores a lo largo de la historia, destacando tres periodos de expolio sistemático como lo demuestran diferentes trincheras, una del S. XVII (que hemos datado gracias al hallazgo de monedas) y dos más del S. XX.

5 de julio de 2011

Jaén: El primer palacio íbero descubierto en Andalucía

El edificio encontrado en el yacimiento de Puente Tablas (Jaén) tenía unos 400 metros cuadrados, con una planta en forma de ele y estaba estructurado alrededor de un patio central de piedra y madera.
Las últimas excavaciones realizadas en el 'oppidum' -zona elevada- del yacimiento ibero de Puente Tablas (Jaén), uno de los principales de esa época existentes en la comunidad andaluza, han sacado a la luz el palacio de la ciudad, convirtiéndose en el primer palacio ibero excavado en Andalucía.
Plano general del yacimiento de Puente Tablas (Jaén) / Manuel Cuevas.
Según ha explicado el director del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica, Arturo Ruiz, se trataba de un edificio de unos 400 metros cuadrados, con una planta en forma de ele, dividido en cuatro partes, y con una zona con un patio central que distribuye varias habitaciones alrededor.
Una de las partes de edificio era la pública, donde el aristócrata recibía a sus clientes, y otra era la privada, "la de la mujer y de la familia", que tuvo además una segunda planta. Además, había una zona de culto, con un pequeño santuario y una zona de producción de aceite o vino.
Una ánfora. | M.C.
Una ánfora. | M.C.

Elementos arquitectónicos importantes

Según la fuente, no se han encontrado mucho materiales pero sí elementos arquitectónicos muy importantes, que permiten saber que el agua del patio se sacaba del edificio a través de un canal. Uno de los elementos que más ha sorprendido es un patio de columnas con la base de piedra y el resto de madera, y se han encontrado revoco de paredes pintadas en estuco rojo.
Desde que fuera descubierto a principios de los años setenta, el yacimiento de Puente Tablas, integrado en la Red de Espacios Culturales de Andalucía (RECA) junto a los enclaves jienenses de La Villa Romana de Bruñel y Cástulo, ha sido objeto de diversas campañas de excavación, las cuales han puesto al descubierto más de 6.500 metros cuadrados de restos arqueológicos.
Estos restos se remontan a la Edad del Bronce, aunque no fue hasta el siglo VII antes de Cristo cuando se construye una potente fortificación y se dispuso la urbanización del poblado, que se mantuvo en los siglos siguientes pasando las casas de planta circular a ser cuadradas y pavimentadas.
Se trata de un asentamiento de tipo medio, del siglo IV antes de Cristo en el que pudieron vivir unos 743 habitantes y que se encuentra en el término municipal de Jaén, al noreste de la ciudad, a unos 7 kilómetros de distancia, y en él se conservan restos desde la Edad del Bronce hasta la época islámica.
(Fuente: El Mundo)